Su título original es Kamera o tomeru na! —si confiamos en Google Translate algo como «¡La cámara no se detiene!»— y es una comedia de zombies japonesa que, con un recorrido a través de varios festivales de cine de género, especialmente el prestigioso Festival Fantasia de Montreal, ha cobrado notoriedad y cosechado elogios y premios en el mundo occidental.
Esta película de zombies está causando sensación en Japón y también polémica

Traducida como One Cut of the Dead («Un corte de los muertos») para el resto del mundo, actualmente ostenta un 100% de aprobación en Rotten Tomatoes y ha sido considerada «la mejor comedia de zombies desde Shaun of the Dead».
También fue descripta como « una película de George Romero si fuera realizada por una combinación de Wes Anderson y Ed Wood».
Pero esta película independiente y de minúsculo presupuesto que recién ahora Occidente está descubriendo, ya es toda una sensación en Japón, donde ha recaudado, hasta ahora, 250 veces su presupuesto.
Zombies, Segunda Guerra Mundial, humor y metaficción

La película, dirigida por el director debutante Shinichiro Ueda, es algo así como la Blair Witch Project de Japón.
Al igual que aquella hace exactamente 20 años, One Cut of the Dead ha tenido un profundo impacto popular en Japón, pese a ser una producción independiente de muy bajo presupuesto y con actores desconocidos.
Su argumento también involucra a un equipo de jóvenes cineastas que viajan a una remota locación para filmar una película y se ven inesperadamente envueltos en el horror auténtico.
En One Cut of the Dead, un joven director de cine muy ambicioso y con ínfulas de gran artista se propone filmar una película de zombies, utilizando como locación un depósito que durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizado por los japoneses para hacer experimentos con cadáveres.
Sobra decir que una vez que comiencen a rodar la película, no demorarán en aparecer los zombies reales, vestigios de aquellos experimentos en la Segunda Guerra Mundial, que todo el mundo confundirá con actores maquillados. El caos y el terror se suceden. Y también, claro, el humor.
En casi todas las reseñas se destaca el impresionante inicio de la película, un plano secuencia de 37 minutos que uno no sabe que es parte de la otra película dentro de la película hasta que aparece el director gritando «¡corten!», descontento con la actuación poco convincente de su protagonista (remite a la genial apertura de la película JCVD de Van Damme).
La película se estrenó comercialmente en noviembre de 2017, en un pequeño cine de Tokio con capacidad para poco más de 80 personas.
Y, de haber seguido el recorrido tradicional, se habría convertido en otra de las cerca de 400 películas japonesas independientes que nunca son estrenadas en salas comerciales.
Pero el peculiar humor de One Cut of the Dead, su fascinante premisa de metaficción, la deconstrucción del género de zombies y los numerosos giros y sorpresas que depara, le valieron los entusiasmados comentarios de la crítica y una enorme publicidad boca a boca que se extendió como pólvora en Japón.
Ahora la película está siendo exhibida en más de 200 salas en todo el país y según las predicciones superará los 10 millones de recaudación en la taquilla. Su presupuesto fue de 27 mil dólares.
Con el éxito, la controversia

«La película se convirtió en material de titulares de prensa» reveló uno de los productores de One Cut of the Dead, «y se habla de ella en los periódicos, las revistas y los programas de TV».
Pero con esta notoriedad que adquirió la película sobrevino un efecto colateral que nunca hubiera ocurrido de haber permanecido como una pequeña joya perdida del cine independiente y, a lo sumo, una obra de culto en el futuro.
¿Es un plagio?
Ryoichi Wada, un director de teatro y dramaturgo, asegura que la película es una adaptación de una de sus obras y que no ha sido oficialmente acreditado.
Su obra, titulada Ghost in the Box («Fantasma en la caja»), incluye una estructura similar, de ficción dentro de la ficción.
Claro que no es ni la primera ni la única en utilizar ese recurso, pero el director y guionista de One Cut of the Dead, Shinichiro Ueda, había mencionado a la obra en una entrevista y reconocido su inspiración en ella.
Cuando la película salió, Ryoichi Wada fue a verla y luego tuiteó elogios a la película, así como su orgullo de ser cercano a la producción y servir como inspiración.
Pero eso era cuando la película era una pequeña y modesta producción independiente.
Ahora que es el gran hit popular de Japon, ha revelado su intención de consultar a un abogado acerca de las similitudes entre su obra y la película.
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