¿El final de Homeland? [Crítica 2x11]

Con el polémico nombre de The Motherfucker With A Turban (luego renombrado In Memorian), los autores de Homeland concibieron un episodio que perfectamente podría ser la season finale. Pero no, aún resta el episodio 12 para que esta excelente temporada culmine. Y seguramente algo grande se está gestando ya que está confirmada una tercera.  

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De alguna manera, con esta emisión se cierra el arco argumental que Homeland  viene tejiendo desde su primera temporada.  En Broken Hearts, la trama había alcanzado un punto de no retorno. Brody ( Damian Lewis) ayudó a Abu Nazir ( Navid Negahban) a asesinar al vicepresidente Walden a cambio de que libere a Carrie ( Claire Danes).  Cuando el hecho se consuma, Carrie hace gala de su terquedad y regresa a la fábrica donde el terrorista la tuvo sometida antes que arriben los refuerzos.

¿Dónde está Abu Nazir?  

Jeremy Podeswa, el director de este episodio, hace un gran trabajo de puesta en escena al darle a esa fábrica de infinitos pasillos y sótanos un aire digno de una película de terror. De hecho, la ambientación recuerda en cierta manera a alguna de las mejores escenas de la saga de Freddy Krueger.  Sólo que en esta oportunidad no se esconde una criatura de pesadillas sino un tipo de monstruo que de hecho existen a cantidades en nuestro planeta, tornándolo más terrorífico.   

Volviendo a la trama, Carrie y el equipo especial del FBI no hallan a Abu Nazir, a quien aparentemente se lo tragó la tierra. Eso indica que es tiempo de jugar una carta olvidada: Roya Hammad ( Zuleikha Robinson), la periodista que intentó asesinar a 300 marines y sus familias durante un homecoming. Entonces Carrie vuelve al edificio central de la CIA a mantener una conversación con Roya.

Imagen Showtime

Pero la cosas en la CIA no están nada bien. Al menos para Saul ( Mandy Patinkin). Luego de que  descubriera que David Estes (David Harewood) está dispuesto a matar a Brody una vez que Abu Nazir sea capturado, la relación entre ambos personajes se rompió. De hecho, Estes arregla que Saul sea sometido a un sucio interrogatorio, de única manera que los trapos sucios del espía no le dejen más opción que renunciar. Pero Saul es astuto, y cuando su “verdugo” lo está cuestionando, indirectamente hace responsable a Estes en caso de que Nicholas Brody sea asesinado.  

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La estrategia Hussein

A pesar de lo que sucede sobre el final del episodio, la mejor escena corresponde al duelo verbal que sostienen Roya y Carrie. Cuando la agente trata de sacarle información utilizando la compresión (que le dio resultado cuando interrogó a Brody), Roya demuestra ser un hueso duro de roer. En unas pocas líneas la terrorista se retrata como una víctima más de la seducción que Abu Nazir ejerce en sus fieles. Carrie no puede ocultar su angustia cuando reconoce que está atravesando una situación similar, en obvia referencia a Brody.

Pero Roya ataca y se ríe de su papel pasivo, demostrando que es plenamente consciente del dolor que provocan sus acciones. Carrie queda herida de muerte y debe abandonar la sala ante los insultos que Roya lanza en árabe.

Imagen Showtime

Pero a pesar del mal momento, Carrie rescata una pista y decide volver a la fábrica. Cuando llega, un pequeño grupo comando la acompaña a una última excursión en el lugar. Trazando un paralelo con la captura de Saddam Hussein, Abu Nazir se oculta en un sucio agujero. Y cuando Carrie lo descubre, el terrorista sonríe por última vez y se sacrifica al enfrentar a los soldados que lo están buscando. Sin dudas, diseñó un plan que lo va a sobrevivir.

Así termina la historia del principal enemigo en Homeland. Brody no puede reprimir unas lágrimas cuando se entera de la noticia (el espectador decidirá si son de alegría o tristeza), aunque ahora su vida peligre más que nunca, ya que Peter está por cumplir las órdenes de David Estes.        

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