Luego de esa sorpresa inicial que fue Rise of the Planet of the Apes, llega la secuela de este reboot de la clásica franquicia de los monos: Dawn of the Planet of the Apes. Si bien los títulos de esta saga siguen siendo extraños, las películas afortunadamente son muy interesantes, entretenidas y bien realizadas.
Dawn of the Planet of the Apes, de Matt Reeves [Crítica]

En esta ocasión el director es el experimentado Matt Reeves, el mismo de Cloverfield y responsable de la versión norteamericaca de Let Me In. Ambas películas reflejan las aristas por la que se mueve Dawn of the Planet of the Apes: el desastre apocalíptico y el drama familiar, siempre con el género como mascarón de proa.

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Nuevas tecnologías, nuevos desafíos
Una de las características de la nueva saga es que la mayoría del público está enterado en cómo terminarán estas aventuras iniciales: el mundo bajo el dominio de los primates y los pocos humanos que sobrevivan estarán esclavizados.
Pero a pesar de este “ spoiler” los responsables se las arreglaron para que en este gran prólogo que une a Rise con Dawn sea atrapante. Y esto es fundamentalmente gracias a Cesar, el primer mono inteligente que guiará a los otros hacia el próximo salto evolutivo. Una apuesta muy fuerte de los productores al ubicar a un personaje no humano, enteramente generado por CGI, como el pilar sobre el cual se apoyan estas historias.

Y Cesar también es posible gracias al impresionante trabajo de Andy Serkis. Este enorme actor ya dio vida a Gollum y King Kong con la técnica de motion capture, y su trabajo en El Planeta de los Simios: Confrontación plantea seriamente la posibilidad de que una personaje virtual pueda ser nominado a algún premio de la industria, el Oscar entre ellos. Y estas son la clase de desafíos que las nuevas tecnologías aplicadas al entretenimiento tienen que plantear, no la cantidad de edificios que puedan hacer explotar con un ordenador.
Los efectos especiales de la película son realmente increíbles. Al contrario de las producciones de Michael Bay, donde la porno-pirotecnia visual nos expulsa de la pantalla, en este caso estamos antes una película de corte clásico que nos permite disfrutar y meternos de lleno en la historia, donde los FX son un elemento narrativo más en el conjunto, tan importante como el foco o el maquillaje.

Aventura y ciencia ficción clásica
Ubicada en esa intersección entre la aventura y la ciencia ficción que planteó Jurrasic Park hace casi 30 años, El Planeta de los Simios: Confrontación … conjuga las virtudes y las fallas del género, pero la emoción gana a la razón. Por ejemplo, se da mucho la situación: “justo en ese momento estaba ese personaje que puede resolverlo todo”. Pero como la dinámica interna del film está tan bien aceitada, y también por ser algunos de los códigos propios del género, estas “coincidencias” no molestan y son plenamente aceptadas.
La trama nos adentra en la comunidad que los simios han construido en los bosques de San Francisco entre los 10 años que transcurrieron desde Rise… Una comunidad emergente, donde hay un líder positivo (Cesar) que lleva a su tribu hacia el próximo salto evolutivo, pero que quiere a todas costas evitar caer en los errores que los seres humanos cometieron como sociedad dominante tiempo atrás. Errores que Cesar y varios de sus aliados sufrieron en carne propia. Sin embargo, Cesar es el único que conoce en profundidad la cara bondadosa de los humanos. Tal vez sea por eso que es el único simio que vemos que tiene una familia constituida.
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Desde el otro lado de la misma localidad, en la ciudad en ruinas que fue San Francisco, unida al bosque (lo exótico, lo que avanza) por el famoso y ahora derruido puente, se ubica una pequeña colonia de humanos, liderada por Malcom ( Jason Clarke) y Dreyfuss ( Gary Oldman). El primero representando la cara progresista de la humanidad, y el segundo la bélica (en la colonia hay más armas que comida), pero ambos con objetivos y tratos nobles. Ninguno es el “villano”. El verdadero villano se irá construyendo a lo largo de la historia. Y es uno de antología.
Ambos actores cumple con eficacia sus roles, pero son dos carreras que parecen ir en direcciones distintas. A Jason Clarke lo pudimos descubrir como el “hermano salvaje” en Lawless y como el agente torturador en Zero Dark Thirty. Este es su primer protagónico, y tiene un gran futuro dentro de la industria. A Oldman no hace falta presentarlo, pero lamentablemente el talentoso actor británico parece estar encasillándose en un tipo de rol que se asemeja mucho al del Comisionado Gordon de las “Batman” de Nolan. Esperemos que sea solo una fase y el viejo Gary regrese con su versatilidad característica en otro tipo de papeles.

La guerra absoluta
Volviendo a la película, la idea central transita un poco la idea de la familia como base de una sociedad civilizada (humana o primate). Pero también plantea nociones interesantes sobre la función de la guerra en el desarrollo de las comunidades. Parece inevitable que los procesos históricos se repitan invariablemente: revolución-guerra-conservadurismo, hasta el siguiente ciclo.
Claro que en Dawn… los que parecen tener las de ganar parecen ser los simios. Y en un planeta donde los niños mueren diariamente en la terrible guerra del mundo real que se mantiene en la Franja de Gaza por estos días, tal vez sea momento de darle una oportunidad a Cesar y los suyos.








