Dre ( Jaden Smith) es un niño de 12 años quien se muda de Detroit a Beijing, China por el trabajo de su madre. Sin conocer el idioma, Dre se hace amigo de Mei Ying para molestia de Cheng, otro chico de la escuela quien empieza a intimidarlo. Mr. Han ( Jackie Chan), el hombre de mantenimiento donde vive Dre, lo defiende y le enseña el arte del kung-fu.
7 razones por las que nos encanta Karate Kid

Quienes vimos la historia original de 1984, odiamos este remake del 2010. ¿Motivos? Muchos. Simplemente no era lo mismo. Jaden no era nuestro Daniel, Jackie no logró captarnos como lo hizo el señor Miyagi. Y bueno… se llama The Karate Kid, no The Kung Fu Kid.

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La película del hijo de Will Smith pasó sin pena ni gloria por la taquilla, pero quienes hemos tenido la dicha de ver la peli original (y sus secuelas), sentimos aquel dejo de nostalgia por una obra sencilla y emocionante que nos dejó grandes lecciones de vida sobre lo que es ser estudiante y maestro, sobre el respeto, el uso de la fuerza para el bien y superarte, no para sentirte mejor que los demás, sino para ti mismo.
Han pasado más de 30 años y todavía extrañamos The Karate Kid de 1984. Tanto, que le permitimos unas cuantas secuelas de menor calidad, hasta que el tema se gastó. Pero Ralph Macchio y Pat Morita siempre tendrán un lugar en nuestro corazón cinematográfico.
¿Qué por qué los extrañamos? Aquí te lo decimos.
1. Una lección de trabajo duro

Daniel es un chico normal que pone le pone el ojo a una chica linda. El problema es que esta chica tiene un ex novio psicópata que cree que ella es de su propiedad. Cuando los ve hablando, le hace frente a al debilucho Daniel y le patea el trasero.
La historia de Daniel es una de superación. Del niño abusado a uno fuerte, que no se deja por nadie, pero que sabe que la violencia jamás es el camino. Daniel toma las lecciones del señor Miyagui y se enfrenta a su némesis en un concurso de karate. A diferencia de sus oponentes, él no viene de un dojo “bonito”, sino que aprendió lo suyo con humildad. Con esa misma humildad, se alzará con el título.
2. Una gran película de deportes, sobre una disciplina diferente

¿Cuántas películas se centran en el béisbol? ¿Cuántas veces hemos visto a equipo encestar, a un individuo jugar golf, a un futbolista lograr el gol de la victoria? Entre todas las películas de deportes destaca The Karate Kid, simplemente porque es una disciplina diferente.
The Karate Kid es una introducción a lo que son las artes marciales y sus beneficios, algo que nunca habíamos visto en la gran pantalla. El filme fue tan consumido, que pronto todos los niños querían practicar karate.
3. Mi maestro, mi mejor amigo

Hay algo entre Pat Morita y Ralph Macchio que sobrepasa la pantalla. El segundo supo meterse bien en su papel de adolescente ansioso e insistente, tanto por conseguir a la chica que le gustaba, como por aprender artes marciales.
Morita también hizo lo suyo, tanto que ganó una nominación al Oscar en su papel. Su sola figura transmite paz, equilibrio y sabiduría. Juntos logran una combinación increíble; una química que traspasó la pantalla. Miyagi no solo fue el maestro de Daniel. Fue también su amigo.
4. El gran Miyagi

Conocido como humorista en Happy Days, Pat Morita se transformó para obtener el papel del señor Miyagi, el personaje más amado por los fans del filme.
Miyagi resultó una mezcla entre Confucio, Pop de The Longest Yard y Mickey, de Rocky. Era un hombre inteligente, fuerte, espléndido, pero que también ocultaba mucho dolor. Miyagi no solo es uno de los mejores maestros del cine; también se convirtió en uno de los personajes más entrañables en la historia del séptimo arte.
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5. La sencillez de las técnicas
Las lecciones de Miyagi eran las mejores. Mientras sus “enemigos” golpeaban sin parar en un dojo, Daniel tenía al señor Miyagi, un hombre que le enseñó técnicas de karate de artes tan simples como lavar un coche, limpiar el piso y pintar una cerca. ¡No me digas que no has limpiado tu auto con “ wax in”, “ wax on”. ¡Es un clásico!
Y claro, como olvidar aquellos clásicos movimientos en una barca. ¿Quién no vibró de alegría cuando Daniel consiguió el equilibrio y logró saltar?
6. Grandes frases, grandes lecciones

“Primero aprender a levantarse, luego a volar. Regla de naturaleza, Daniel-san, no mía”. Esa es tan solo una de las grandes frases llenas de lecciones en The Karate Kid. Es por eso que muchos la consideran una pieza que definió su niñez y adolescencia. Porque quien realmente prestó atención, se fue a casa con un montón de ideas sobre lo que está bien y lo que está mal y como tener miedo no te convierte en un cobarde.
7. Esas escenas
Me es difícil elegir cuál es mi escena favorita de The Karate Kid. Probablemente sean las lecciones de Miyagi, pero más allá de eso hay dos momentos interesantes:
El primero es cuando Miyagi está ebrio. Eso te demuestra que, incluso los maestros tienen fallas. Miyagi tenía un pasado que lo atormentaba y vivía con él todos los días.
La segunda tiene que ser la escena final, cuando un lastimado Daniel se sobrepone a una lesión, gracias al “masaje” de Miyagi. Allí, magullado y golpeado, Daniel nuevamente pone a prueba las lecciones de Miyagi y logra acabar con su enemigo. ¿Quién no vibró de emoción en ese momento? ¡Es como si todos hubiéramos acabado con el chico malo!
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