A Julián Gil se le aguaron los ojos con un secreto que le contó esta mujer y te lo vamos a contar
En cada una de las visitas de Julián Gil a los juzgados de Ciudad México, las mujeres los persiguen para tomarse fotos con él, apoyarlo y darle consejos. Una en particular se acercó a decirle algo que lo hizo llorar.
Alejandra Capilla, la mujer de camisa azul, estuvo a punto de hacer llorar a Julián Gil. Esperó su turno entre la multitud para poder hablar con él.
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Se fundieron en un abrazo, como si fueran amigos del pasado. En ese momento, le dijo algo que lo conmovió.
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Tanto que le costó un poco recuperarse.
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¿Cuál fue la conversación que tuvo Julián Gil con Alejandra Capilla?
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Alejandra no pudo ocultar su dolor, se limpiaba las lágrimas de su rostro. Se sentía identificada con Julián Gil.
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Alejandra le contó a Univision Entretenimiento que ella tampoco ha podido ver a sus hijos fuera de los juzgados. Por eso, el actor y ella sintieron esa conexión.
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Cada vez que Julián Gil va a los juzgados, se ha convertido en el centro de atención de decenas de personas que están allí solucionando sus propios problemas. El 16 de mayo Julián Gil acudió por primer vez a los juzgados de la Ciudad de México para negociar la pensión que su expareja Marjorie de Sousa, le pide para su hijo Matías. Al salir del juzgado número 12, el actor para pasar el mal trago se acercó a un puesto de quesadillas y pidió una de chicharrón.
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Las fans, atónitas al gesto de humildad, se acercaron a perdirle fotografías mientras él comía su quesadilla, acompañado de su representante, Alberto Navarro.
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La señora Lupita agradeció al gesto de Julian Gil y le pidió una fotografía. La intención de la señora era regalarle la quesadilla. Sin embargo, el representante del actor pagó 200 pesos, en vez de los 14 pesos que cuesta en realidad.
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Julián esperó como cualquier cliente para que le preparan su quesadilla.
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Desde el primer día, señoras que acudían a los juzgados a arreglar sus problemas legales reconocieron la sencillez del argentino.
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Julián Gil confesó en exclusiva para Univision Entretenimiento: "Estas muestras de cariño me dan fuerza para seguir y darme cuenta de que hay muchas injusticias en los casos que están dentro de los juzgados".
Mezcalent
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El 26 de mayo Julián acudió a los juzgados de lo familiar en la Ciudad de México para ver a su hijo Matías, después de varias semanas de no poder estar cerca de él. A su salida, decenas de mujeres lo esperaban, algunas acompañadas por sus hijos para mostrarle su apoyo.
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Julián en todo momento las atendió, se tomó fotografías y, atento, escuchaba sus palabras de aliento y los consejos que le daban.
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Julián Gil atendió a cada persona que se le acercó, a la entrada y la salida de los juzgados.
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El 7 de junio, Julian Gil acudió por tercera vez a los juzgados de lo familiar en la Ciudad de México, esta vez para enfrentar una nueva demanda que puso en su contra la madre de su hijo, Marjorie de Sousa. Las mujeres mexicanas, sin importar la edad, se acercaron por la clásica fotografía, no sin antes mostrarle su apoyo.
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Liliana García, madre soltera y que acudió a los juzgados para arreglar un tramité en beneficio de sus dos hijas, se acercó a Julián para darle un beso y mostrarle su apoyo.
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"Lo que le están pidiendo de pensión es demasiado, yo soy mamá soltera y trabajo para mantener a mis dos hijas. No tenemos una vida de lujos, pero no les falta nada. Tampoco se trata de abusar", comentó a Univisión Entretenimiento Liliana García.
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Mientras la prensa entrevista a Julián, se observan las señoras, con sus expedientes en la mano, olvidándose por un momento de sus problemas, para poder captar en una foto al actor de 46 años de edad.
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Decenas de curiosos se arremolinan a rededor del actor para darle un consejo, abrazarlo o tomarle una fotografía. Las que quedan atrás le han gritado cosas como: "No te dejes Julián". "Estamos contigo". "Se hará justicia".
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Julián Gil ha adoptado como costumbre bolearse los zapatos en los juzgados de lo familiar, a pesar de traerlos siempre lustrosos. "Son mis cuates y es una manera de echarles la mano", comentó el actor a Univisión Entretenimiento.
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Él es César, el bolero consentido de Julián Gil: "Siempre que viene me deja bolearle los zapatos y es muy espléndido con las propinas". Julián en esta ocasión le dio 80 pesos (5 dólares) por el servicio y en su visita pasada le pagó 3 dólares.