La fortificación de los vinos, originariamente, fue utilizada como un método de conservación. Los vinos fortificados se caracterizan por posee un aroma profundo e intenso, cuyo sabor dulce conquista los paladares más exigentes.
Características de los vinos fortificados

Características de los vinos fortificados

Los vinos fortificados surgieron en los siglos XVI y XVII para preservar el vino durante un tiempo prolongado sin que pierda sus propiedades. La técnica consiste en agregar brandy durante el proceso de fermentación resultando un vino con una graduación alcohólica que se encuentra entre los 17 y 25 grados.
Tipos de vinos fortificados
Madeira
Elaborado en las islas de Madeira, su sabor puede variar de seco a dulce. El primero se emplea mucho como aperitivo mientras que el segundo es perfecto para acompañar postres.
Marsala
Procedente del puerto siciliano, originariamente fue creado como un sustituto del jerez. Esta variedad de vino fortificado es muy popular en la gastronomía italiana para elaborar risottos, postres y salsas.
Oporto
Producido en Portugal, este vino tinto dulce se puede conseguir ya sea seco o semi-seco. Se consume como postre.

Jerez
Con alto contenido de alcohol, es un clásico español. Ideal para consumir como aperitivo.
Vermouth
Caracterizado por un intenso sabor a hierbas y especias, el vermouth es ideal para incluirlo en cócteles o como aperitivo. Su graduación alcohólica puede ser entre un 17 y 21 por ciento.
¿Habías escuchado hablar de los vinos fortificados?









