El mejor chef del mundo, Massimo Bottura y varios de sus colegas se ofrecieron para hacer un trabajo voluntario en Río de Janeiro. Su objetivo: alimentar a personas en situaciones vulnerables, con productos donados por las empresas de catering que sirven las comidas de la Villa Olímpica. Una forma de crear conciencia sobre la alimentación, de generar comunidad y de evitar el desperdicio.