Lifestyle

Cuando el acoso callejero se transformó en un mito

Imagen Shutterstock

¿Imaginas un mundo en donde el acoso callejero solo exista como recuerdo? Nosotros lo imaginamos...

PUBLICIDAD

El fin de semana fui a visitar a mi abuela, cuando abrí la puerta y la vi sentada, la llené de besos y abrazos. Mi abuela es una persona muy especial, con su mirada y su sonrisa dice más que mil palabras. Una de las cosas que más disfruto es charlar con ella, su sabiduría es inmensa y siempre aprendo algo nuevo de sus historias, siempre me cuenta algo sobre su juventud, a la que recuerda con mucho cariño.

Me encanta saber cómo vivía y qué hacía cuando ella tenía mi edad, cómo en su época manejaban las relaciones, cuáles eran sus creencias. Y la historia que me contó la última vez me dejó una mezcla extraña de sentimientos

Imagen Shutterstock

En un momento me preguntó si había ido sola o si alguien me había acompañado, y la verdad es que noté una preocupación que me resultaba muy extraña. Cuando se dio cuenta de que no estaba entendiendo qué pasaba empezó a contarme una historia.

“Cuando mi madre tenía tu edad tenía mucho miedo de salir sola a la calle, no, nunca abusaron físicamente de ella, pero cada vez que salía, sabía que en alguna esquina iba a sufrir acoso. Sabía que le dirían algo sobre su cuerpo, que un extraño se podría acercar y susurrarle groserías al oído, y claro que eso también hacía que pensara dos veces cómo se vestía”.

Imagen iStock

Cuando me dijo eso quedé asombrada, sabía cómo eran antes, pero nunca lo había pensado con tantos detalles. Jamás tuve miedo de salir a la calle y nunca pensé que pudieran acosarme. Mi abuela siguió con su historia.

PUBLICIDAD

“Hubo muchísimas movilizaciones, protestas, paros en todo el mundo. El acoso callejero hacia la mujer era una problemática mundial, y fue muy difícil desterrarlo de la sociedad. El cambio fue paulatino, pero todos aquellos que lucharon por cambiarlo, lo lograron. Las personas dejaron de ser testigos cada vez que veían un acoso en la calle, las personas se involucraron, comenzaron a unirse y no permitirlo, todo aquel que veía un acoso arremetía contra el acosador. Y de esa forma ya no se sentían impunes, ya no se sentían con derecho a hacerlo”.

Imagen Shutterstock

Después de una larga charla me despedí de mi abuela. Ella siempre fue de exagerar sus historias, algunas incluso creía que eran inventos. Pero no creo que sea el caso de esta y solo puedo pensar en una cosa: Estoy eternamente agradecida por todos los que lucharon por los derechos que hoy tengo.

Hoy creemos que es posible un mundo en donde no exista el acoso, en donde las mujeres no tengan miedo de descubrir el mundo y disfrutar. En donde ya no sea necesario hablar sobre igualdad de género. Así será. 

>>  ¿Maternidad vs vida profesional? Eva Mendes y su decisión de abandonar Hollywood por sus hijos