Por lo general, el despacho es una habitación especialmente dedicada a la lectura y al trabajo. El ambiente que debe reinar debe ser favorable para la tranquilidad y la concentración. Optar por el estilo veraniego para decorar un despacho no contradice en nada estas reglas fundamentales. Al contrario, sirve para aportar un poco de alegría gracias a los colores vivos que permiten optimizar el buen humor, la concentración, y la eficacia en el trabajo.
Colores vivos para un despacho
Para celebrar el verano correctamente, se aconseja incorporar motivos florales, vegetales y de frutas en la decoración. En el despacho, estos pequeños toques inspirados en la naturaleza tendrán como efecto estimular nuestra creatividad. De esta forma, podremos optar por un papel pintado con estampados veraniegos, con flores de colores y por qué no, incorporando un sillón decorado con frutas y hojas.

En verano, los colores vivos y ácidos, como el amarillo, el verde anís, el fucsia y el violeta, son los más precisos. Las tiendas de decoración y los diseñadores rivalizan a base de imaginación para ofrecer muebles y artículos de despacho a base de colores originales.
En este orden de ideas, podemos dejarnos tentar por un mobiliario de despacho lacado, muy en boga en estos años. Los accesorios como los porta lápices, la lámpara de mesa, los bolígrafos de fantasía, y otros tantos de este estilo, aportan una e xplosión de colores en nuestro espacio de trabajo.
Las telas para vestir el despacho
En cuanto a las cortinas para un despacho veraniego, se debe dar prioridad a los tejidos finos y ligeros, pero siempre en tonos vivos y ácidos. Los motivos florales pueden aportar armonía al conjunto de la habitación.

Por otro lado, las cortinas de hilo, muy apreciadas por su ligereza y transparencia son las más convenientes. También se aconseja optar por el lino, el algodón o el tergal, pero en colores vivos y decorado con estampados de flores o vegetales.
En resumen, tener un despacho con estilo veraniego se trata de dar un aspecto luminoso y alegre al despacho, para facilitar el trabajo intelectual, y la concentración. En cualquier caso, conviene no caer en el exceso, para que ni los colores, ni la luz de la habitación favorezca la dispersión, con lo cual habremos conseguido el efecto contrario que se buscaba en un principio.