NUEVA YORK. Kelmy Rodriguez añora los tiempos en que "El Barrio" de Nueva York tenía un inconfundible sabor puertorriqueño.
Los puertorriqueños pierden presencia y poder en Nueva York
Un recorrido por El Barrio, en East Harlem, deja en evidencia cómo el poder boricua para influir en la primaria se resiente, justo cuando el futuro de la isla se debate en el Congreso.


"Cuando yo me crié aquí bailábamos conga en la calle, jugábamos al dominó, había tiendas de cuchifritos por todos lados...", evoca Rodriguez, un trabajador social de 41 años que vive en el East Harlem o Spanish Harlem, como también se le conoce.
La identidad boricua de este rincón de Manhattan se ha ido difuminando con el paso de los años en un proceso que primero trajo a inmigrantes mexicanos, árabes y chinos entre otras nacionalidades, y ahora empieza a ver los primeros signos de gentrificación.
"Ya no nos conocen como El Pequeño Puerto Rico", dice Rodriguez. "La gente está empezando a llamarnos North Yorkville, la extensión del Upper East Side".
La pérdida de protagonismo también se siente en otras zonas de Nueva York donde la impronta de los puertorriqueños era claramente dominante en los años '40 y '50, como el Bronx o Williamsburgh.
Esa transformación explica el menguante poder que los puertorriqueños neoyorquinos tienen en esta campaña presidencial que el martes le da voz a Nueva York. La primaria llega en un momento crítico para el futuro de la isla, justo cuando el Congreso estudia la solución para su asfixiante deuda.

Nueva York sigue siendo el estado con mayor número de puertorriqueños en Estados Unidos (cerca de 1.1 millones) y la comunidad continúa creciendo, pero a un ritmo más lento que el de otros grupos nacionales. En esta elección, los puertorriqueños representan el 42% de todos los hispanos del estado; hace solo cuatro años, en las presidenciales de 2012, esa cifra era del 45%.
Florida ha sustituido a este estado como el destino preferido de los puertorriqueños que huyen de la crisis económica en la isla. A este ritmo, Florida superará pronto a Nueva York para en el estado con más puertorriqueños.
Ausentes en el debate
Quizás esa menor visibilidad explica que el pasado jueves CNN y NY1 no hicieran ninguna pregunta sobre Puerto Rico a los dos candidatos en el debate demócrata, Hillary Clinton y Bernie Sanders.
La omisión no pasó desapercibida entre los puertorriqueños de Nueva York, que votan abrumadoramente a los demócratas.
"Es decepcionante", le dice a Univision el director del Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College, Edwin Meléndez. "Los periodistas no les hicieron la pregunta pero los candidatos podían haber tomado la iniciativa".
El Hunter College es el organizador de la que se espera sea la mayor cumbre de la diáspora , los próximos viernes y sábado. Los grupos presentes harán un llamado para que los congresistas tengan en cuenta el drama que viven muchos puertorriqueños a causa de la crisis fiscal.
"Éste es un momento crucial para Puerto Rico y los candidatos podían haber hecho una declaración para influir en la negociación de la ley", añade Meléndez.

Veteranos de la política neoyorquina han observado cómo los temas que importan a los boricuas tienen que competir ahora con los intereses de nuevas comunidades. "La comunidad latina en Nueva York se ha vuelto más diversa y eso hace que los políticos se centren en esa variedad", dice el estratega demócrata basado en Nueva York Hank Sheinkopf.
"El descenso de población se traduce en un descenso de poder", agrega Sheinkopf, que fue asesor de históricos políticos boricuas como Herman Badillo, excandidato a la alcaldía de Nueva York, o el congresista José Serrano.
La nueva generación de representantes políticos latinos incluye políticos de las nacionalidades emergentes. En 2014, el concejal de Nueva York Carlos Menchaca se convirtió en el primer mexicano-americano en ser elegido para un cargo público en el estado.
A pesar de esa ausencia en el debate, Puerto Rico ha estado presente en la campaña neoyorquina.

Tanto Sanders como Clinton han demandado que el gobierno de la isla tenga capacidad para negociar sus $72,000 millones de deuda.
La exsenadora por Nueva York visitó un centro de ancianos en East Harlem la mañana siguiente al debate, invitada por Melissa Mark Viverito, la popular concejala boricua de Nueva York. Allí, Clinton dijo que "los acreedores están tratando de lucrarse a costa de la miseria de los puertorriqueños".
La candidata viajó en septiembre a Puerto Rico donde criticó el tratamiento discrimatorio que recibe la isla por parte de las leyes federales.
Por su parte, Sanders ha presentado la crisis como un ejemplo más de la avaricia de Wall Street. El senador dijo que el plan actual solo beneficia a los bancos y acreedores en una entrevista que concedió a uno de sus simpatizantes boricuas más notorios, el cantante de Calle 13 "Residente".

Clinton, favorita
Sería una gran sorpresa que Clinton no gane el martes ya que todas las encuestas de Nueva York le dan una ventaja de dos digitos. Las que han sondeado el voto hispano, le dan también la victoria a la candidata. En la encuesta del martes de Public Policy Polling Clinton gana claramente entre hispanos (66/28).
Las encuestas no llegan a desglosar el voto latino por nacionalidades, pero al representar los boricuas el mayor grupo de latinos del estado, buena parte de ese liderazgo debe provenir en buena parte de ellos.
En la primaria de Puerto Rico en 2008, Clinton se impuso con claridad a Barack Obama (67/31). En esta campaña, los puertorriqueños están llamados a votar en el caucus del 5 de junio.
En Nueva York, la candidata cuenta con el apoyo de la gran mayoría de líderes políticos boricuas, entre ellos Viverito y los congresistas José Serrano y Nydia Velázquez. También el representante por Illinois Luis Gutiérrez ha pedido en Nueva York el voto para Clinton.
Viverito dice que Clinton está más familiarizada que Sanders con la crisis fiscal puertorriqueña. "Ella ha visitado la isla a diferencia de él", le dice a Univision. "Ha hablado bien fuerte sobre su compromiso con Puerto Rico".
En East Harlem, otros boricuas parecen tener claro que Clinton es su candidata.
Diana Orama dice que prefiere a Clinton porque tiene más experiencia y recuerda los años de Bill Clinton como presidente como un tiempo de prosperidad.
"A ese hombre aquí lo queremos de vicio", añade.

A solo unas pocas cuadras, en West Harlem, se encuentra la sede de la organización sin ánimo de lucro que Clinton fundó tras abandonar la Casa Blanca, la Clinton Foundation, centrada en ayudar a países en desarrollo.
Otra residente de toda la vida, Peggy Morlaes, dice que le duele que la candidata a la que votará no se acordara de ellos el día del debate.
"Clinton tiene un entendimiento claro de la situación crítica en Puerto Rico y tiene un plan, pero me decepciona que no lo presentó como prioridad cuando estaba frente a Sanders", se lamenta. "Sobre todo cuando está aquí en Nueva York donde hay tanto votante boricua que estaba esperando a oírla".
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