De “lamentable” e “inhumana” tildan la política de redadas de Obama
La comunidad latina reacciona indignada ante planes del gobierno de deportaciones masivas de migrantes


El 2016 pinta mal para los indocumentados de Estados Unidos. A diferencia de hace un año, cuando 5 millones de inmigrantes preparaban documentos para pedir el amparo de sus deportaciones y un permiso de trabajo, ahora se enteran de que el gobierno alista planes para deportar a cientos como ellos que, lamentablemente, ingresaron a Estados Unidos después del 1 de enero de 2014, fueron arrestados, se presentaron ante una corte –o no acudieron a sus citas- y recibieron una orden final de deportación.
“No tengo cifras de la cantidad de personas afectadas o el nivel de representación (asesoría legal) que tuvieron (los afectados) antes de recibir órdenes de deportación”, dijo a Univision Noticias el abogado José Pertierra. “El informe del diario The Washington Post (publicado el miércoles en la noche) está basado en fuentes anónimas. La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) no ha publicado información (respecto a las redadas)”, agregó.
El jueves, vísperas de Navidad, ICE dijo a Univision Noticias que, como parte de las prioridades de control anunciadas el 20 de enero de 2014, está centrada en individuos que representan una amenaza para la seguridad, la seguridad pública y la seguridad fronteriza”.
“Esto incluye a individuos, ya sea solos o con miembros de familia, que han sido detenidos al intentar ingresar ilegalmente a Estados Unidos, que cruzaron la frontera recientemente, y personas que han recibido una orden de deportación en o después del 1 de enero de 2014”, explicó Gillian Christiensen, vocera de ICE.
Esta categoría de indocumentados figura en segundo lugar en un memorando firmado por el jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés), Jeh Johnson, quien ha dicho que “si las personas vienen aquí ilegalmente, no califican para asilo u otro beneficio, serán devueltos a sus países de origen”, apuntó la portavoz.
El 20 de noviembre de 2014 el DHS fijó las siguientes prioridades de deportación:
- Prioridad 1: Quienes sean considerados una amenaza a la seguridad nacional, de la frontera o pública (terroristas, personas involucradas en espionaje, criminales, pandilleros, entre otros);
- Prioridad 2: Personas con historial extenso de violaciones de inmigración, quienes hayan cruzado la frontera recientemente (después del 1 de enero de 2014).
- Prioridad 3: Personas con DUI, cargos por violencia doméstica, explotación sexual, robo y cualquier delito que tenga más de 90 días como penalidad de cárcel;
- Prioridad 4: Inmigrantes con una orden final de deportación en o después del 1 de enero de 2014.
Redada imborrable
Las redadas de las que habla el diario The Washington Post no serían las mismas que se registraron hasta finales de la Administración republicana del presidente George W. Bush (2001-2009), operativos en los que participaban cientos de agentes federales y locales, helicópteros, perros policías y agentes encubiertos vestidos de negro fuertemente armados.
Una de las últimas operaciones de este tipo se llevó a cabo a principios de marzo de 2007 en New Bedford, Massachusetts, que culminó con el arresto de más de 380 trabajadores indocumentados, muchos de ellos padres de niños ciudadanos estadounidenses que quedaron abandonados en sus escuelas y jardines infantiles.
La batida, dirigida por ICE, fue planificada con meses de anticipación gracias a informes de al menos un soplón hispano que entregó datos a las autoridades a cambio de papeles, conoció en ese entonces Univision Noticias por el testimonio de familiares de los arrestados.
"Llegaron agentes federales, y policías locales y estatales a la fábrica donde se hacían los chalecos antibala que usaban los soldados del Ejército de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán", dijo el esposo de una de las detenidas.
Relató que el soplón “fue enviado a un lugar donde consiguió papeles falsos y, con ellos, se fue infiltrando hasta llegar a la planta”. Agregó que el "infiltrado" permaneció en las instalaciones "siete u ocho meses", y que durante ese tiempo "le contó todo a las autoridades".
"Cuando los agentes llegaron conocían el nombre de cada uno, qué hacía, dónde estaba y cómo se llamaba. Lo sabían todo, absolutamente todo", precisó.
Pesadilla americana
"Era el segundo día de trabajo de mi esposa”, contó el indocumentado. “La redada comenzó a las 8:15 de la mañana. Lo rodearon todo con decenas de patrullas y vehículos de color negro con vidrios oscuros. También patrullas de la ciudad".
"A ella (su esposa) se la llevaron, pero salió en libertad supervisada al otro día, porque la comunidad intervino debido a que tenemos una hija pequeñita que estaba en una guardería", agregó.
Después de la redada vino la desolación, y tras ella el desempleo, la pobreza y la pesadilla americana.
Dos años antes de la redada de New Bedford, el entonces Jefe de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael Chertoff, había advertido al Congreso que sus agentes usarían las mismas técnicas para combatir el crimen organizado, y reiteró la vigencia de un programa de deportaciones aceleradas que se iría incrementando paulatinamente.
Chertoff señaló en aquel tiempo que el objetivo del gobierno (de Bush) era detener a los indocumentados y "llevarlos desde el lugar donde fueron arrestados a sus países de origen, y hacerlo con la suficiente regularidad y precisión para lograr disuadir a la gente (...), porque van a darse cuenta de que cuando cruzan la frontera ilegalmente van a ser detenidos y expulsados".

Cambio de estrategia
La redada de New Bedford erosionó la confianza de la comunidad inmigrante en el gobierno de Washington al tiempo que fue creciendo el clamor por una reforma migratoria que incluyera una vía de legalización para los indocumentados. Pero las exigencias se ahogaron en el Congreso por falta de apoyo bipartidista.
Cuatro años más tarde, en 2011, el despido de cientos de trabajadores de la cadena de restaurantes de comida mexicana Chipotle Mexican Grill Inc. confirmó que ICE había cambiado de estrategia pero con efectos disuasivos similares: utilizó el programa federal E-Verify y envió notificaciones de inspección para verificar el estado migratorio de cientos de trabajadores.
La agencia confirmó que no solo el restaurante había sido inspeccionado, sino también otras 1,000 empresas. Y advirtió que sus agentes continuarían examinando documentos de contratación para detectar la presencia de indocumentados.
Las llamadas “redadas silenciosas” o “redadas digitales” fueron incrementadas en 2009 y forman parte de la Administración Obama para evitar el impacto negativo que causan las batidas como la de New Bedford. “Pero siguen siendo redadas”, dijo el testigo del operativo de Massachusetts en el 2007.

Desacierto político
Ya sea como en New Bedford, en los restaurantes de comida mexicana o de la manera en que ICE planifica arrestar a migrantes indocumentados a partir de enero de 2016, los activistas dicen que se trata de un “desacierto político” del gobierno de Obama.
“Podrían resultar afectadas unas 100,000 familias, dijo a Univision Noticias Juan José Gutiérrez, presidente del Movimiento Latino USA de Los Angeles, California. “Aunque cabe destacar que no todos ellos, por ahora, tienen una orden final de deportación, y que la mayoría todavía no ha agotado el debido proceso al que tienen derecho”.
Durante el año fiscal 2014 la Patrulla Fronteriza detuvo a 68,541 niños en un tramo de la frontera entre Texas y México. En 2013 la cifra alcanzó los 38,759. Y en los primeros dos meses del año fiscal 2016 (octubre-noviembre) las autoridades reportan la detención 10,588 niños, frente a los 5,129 registrados en los mismos meses durante el año fiscal 2015.
“Sólo a los que se les giró orden de deportación final y no apelaron, serán los perseguidos para su arresto e inmediata deportación”, dijo Gutiérrez. “Opino que esta es una pésima medida de la Administración. Me pregunto cómo es posible que esta medida represiva en contra de nuestra comunidad se anuncie en plena Navidad. ¿Cómo debemos interpretar esta señal? No creo que sea mera casualidad. Yo esperaría una medida de este tipo de un presidente como Donald Trump pero no de un presidente demócrata que insiste en pasar a la historia como comprometido con la causa de los inmigrantes”, apuntó.
En marzo del año pasado la presidenta del Consejo Nacional de La Raza (NCLR, por su sigla en inglés, el principal grupo hispano de Estados Unidos), Janet Murguía, calificó a Obama de “deportador en jefe” al pasar su Administración de los 2 millones de extranjeros expulsados desde que llegó a la Casa Blanca en 2009. En octubre de este año la cifra pasó de los 2.5 millones, un promedio diario de 650 (casi 2 por cada minuto).
Año difícil
Para Roberto Izurieta, director del programa de América Latina de la Universidad George Washington, el plan que elabora el DHS para deportar a familias migrantes centroamericanas “es sin duda una medida triste”. Agregó que “lamentaba” la estrategia “pero la entiendo”, explicando que para pasar cualquier tipo de reforma migratoria en el Congreso “el flujo de inmigración indocumentada en la frontera debe disminuir, como efectivamente ha ocurrido”.
“En tal sentido, entiendo que el gobierno quiera mandar un mensaje claro al respecto”, indicó. Y precisó que no pensaba que la estrategia de deportaciones le cauce un daño a la campaña presidencial demócrata.
“Pienso que las opiniones al respecto están bien claras. Aún falta casi un año para las elecciones (presidenciales) y la retorica pro y contra la inmigración continuará desde las posiciones”, advirtiendo que habrá más agresiones y que al final del día “eso definirá el voto latino”.
La totalidad de los aspirantes a la nominación presidencial demócrata respaldan conceder una vía de legalización a los 11.3 millones de indocumentados que hay en el país. Los republicanos, con la excepción de Jeb Bush y el senador Marco Rubio, rechazan cualquier tipo de beneficio migratorio e insisten en asegurar la frontera para detener completamente la inmigración indocumentada.
Trump es quien más lejos ha llegado al tildar a los mexicanos de violadores, asesinos y criminales, y ha prometido que en un plazo de 18 meses, de llegar a la Casa Blanca, deportará a todos los indocumentados.
Doble estándar
La amenaza de deportar a cientos, quizás miles de familias centroamericanas inquieta al abogado Pertierra. “¿Cómo es posible que Estados Unidos siga dándole la bienvenida con carpeta roja a todos los cubanos que pisan tierra estadounidense, mientras que deporta a niños y madres centroamericanas que vienen huyendo de la violencia que se ha desatado en Guatemala, El Salvador y Honduras?”, se pregunta.
Él mismo responde: “La ley de Ajuste Cubano premia con residencia, estampillas (cupones) de alimento, dinero para vivienda y seguro médico a cualquier inmigrante cubano que llega ilegalmente a Estados Unidos por razones económicas. Los inmigrantes económicos cubanos son protegidos y cobijados pero los refugiados centroamericanos son encarcelados y eventualmente deportados”.
Añade que “es una vergüenza judicial y una burda manipulación de las leyes inmigratorias” lo que está sucediendo. “Los reglamentos inmigratorios de Estados Unidos estimulan a que los médicos cubanos en terceros países que abandonen sus responsabilidades médicas para presentarse ante la embajada estadounidense en cualquier país del mundo. ¿Su premio? Una green card (tarjeta de residencia), estampillas de alimentos, seguro médico y hasta un desfile en Miami”.
“El contraste con el tratamiento inhumano que reciben los niños y las madres centroamericanas es espeluznante”, destacó.
Nora Sándigo, directora ejecutiva de la Fraternidad Nicaragüense de Miami, dijo a Univision Noticias que el anuncio de las redadas se convirtió en una “ironía”, y recordó que “la Navidad es una fecha donde sólo de debe mostrar amor y perdón, no la muerte que les espera a los indocumentados centroamericanos si son deportados a sus países de los cuales huyeron en busca de refugio”.
“La medida es tétrica, monstruosa e inhumana”, aseguró.
En Washington DC, Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, dijo que las consecuencias de la deportación de estas familias “son predecibles”, y que las redadas “aterrorizarán barrios y comunidades enteras para arrestar, detener y deportar a familias a algunos de los países más mortíferos en el mundo”.
“Pensábamos que los días de redadas de inmigración habían terminado. Se trata, sin lugar a dudas, de una táctica horrible que ya no se utiliza. Esperamos que el DHS invierte el curso y que lo haga rápidamente”, añadió.
Univision Noticias pidió una reacción a la Casa Blanca. Al cierre de esta nota a Administración no envió respuesta.
ICE cuenta con 24 oficinas de campo donde operan agentes especiales en la búsqueda de inmigrantes con antecedentes criminales o que están en la lista de prioridades de deportación. Las oficinas se ubican en ciudades con alta concentración de población hispana.









