Cuando a Andrea Gutiérrez, una licenciada en música y violinista venezolana, le anunciaron que tenían que despedirla del colegio en el que trabajaba como profesora de arte porque más del 60% de los niños no pagaba la mensualidad, esta joven de 24 años decidió que tenía que migrar. "En enero, de un día para otro, me dijeron: 'no podemos pagarte más. Ya no sabemos de dónde sacar recursos para pagar a los profesores y tu materia es extracurricular. Vamos a dar las extrictamente necesarias'", recuerda.
"Ayúdame a escapar de Venezuela": cuando 'GoFundMe' se convierte en el último recurso para migrar
En los últimos meses, en medio de la profunda crisis política y económica que vive Venezuela, se han multiplicado las peticiones de ayuda por parte de ciudadanos que quieren salir de país en las plataformas de recaudación de fondos online. Estas son algunas de sus historias.


Esta joven de Maracaibo, la segunda mayor ciudad de Venezuela, asegura que sabía desde hace tiempo que debía irse del país para seguir adelante con su carrera. Pero, tras perder su empleo, la salida se convirtió en algo urgente.
Por eso, comenzó a trabajar en un restaurante para conseguir el dinero suficiente para empezar su vida en otro lugar: "Estaba de 9 de la mañana a 7 de la noche. El trabajo era increíblemente fuerte y me pagaban el equivalente a menos de 0.50 centavos de dólares diarios", explica.
Con sus padres, que son artistas, enfermos y sin trabajo, y sus dos hermanas sin poder aportar a la familia (una es profesora universitaria y gana 40 dólares a la semana y la otra estudiante), Gutiérrez buscó en internet cómo conseguir el dinero que necesitaba para el viaje.
Así encontró Generosity, una web de recaudación de fondos para causas personales y sociales, donde creó su campaña 'Ayúdame a emigrar y trabajar fuera de Venezuela', con la que ya ha recaudado 800 dólares. Eso es más del 60% de los 1,300 que necesita para migrar a Ecuador, donde quiere empezar una nueva vida haciendo lo que le gusta y ayudar a su familia.
Pedir dinero "no me da vergüenza ni pena. Yo veía que otras personas vendían o hipotecaban la casa para salir y comprar el pasaje, pero mis padres están delicados de salud y yo no quería dejarles sin nada", asegura la violinista. Como los jóvenes que se ponen al frente de las protestas en Venezuela, Andrea pertenece a una generación que no ve futuro en un país asfixiado por la escasez de alimentos y medicinas, la inflación y una crisis política galopante.
Una petición para cada causa
Que los venezolanos recurran a las redes y las nuevas tecnologías para conseguir lo que han perdido en los últimos años debido a la situación del país no es nuevo. Ante la escasez de alimentos y medicinas, surgieron grupos de compras y trueques en las redes sociales y WhatsApp; ante la compra de medios de comunicación por parte del oficialismo y la censura, surgieron webs de información independientes. Y ahora, los ciudadanos están acudiendo a las plataformas de financiación para apelar a la solidaridad internacional.

Como Andrea, hay más de una docena de venezolanos pidiendo ayuda para migrar en estas webs y decenas más que buscan desde recaudar dinero para las personas que desde hace mes y medio están protestando, financiar operaciones médicas de familiares, e incluso recursos para ayudar a las mascotas abandonadas en las calles de Venezuela.
En el caso de Milton Díaz, un ingeniero de telecomunicaciones de Punto Fijo, en el estado Falcón, recurrió a Generosity para reunir dinero para migrar a Santiago de Chile y mantenerse los primeros meses hasta que consiga un permiso de trabajo.
Díaz, quien tiene una amplia red de contactos en el exterior gracias a su blog y cuenta de Twitter SuperheroesInColor, ha conseguido recaudar en dos meses más de 1,600 dólares de los 3,600 que pedía.
Los que lo consiguieron
"Me había comentado una amiga que probara con el crowdfunding, pero no estaba muy cómodo con la idea. Y con lo que ha pasado en el último año, la cosa estaba fuerte en Venezuela y decidí probar", afirma en declaraciones a Univision Noticias. Díaz había tenido dos cirugías por una infección en la vesícula y no conseguía los medicamentos que necesitaba para su tratamiento. Además, se quedó sin internet para trabajar después de que robaran el cableado eléctrico de su barrio para vender el cobre.

Hace un mes, Díaz consiguió llegar a Chile, donde ya tramita su permiso de trabajo y espera empezar a trabajar para reunir el dinero suficiente para llevar a su padre, su madre y sus dos hermanos.
Otra que también consiguió parte de su objetivo es Alessandra Pino, una joven nacida en Boston de madre venezolana, que ahora vive en Willis (Virginia), con su esposo e hija y que creó una campaña en GoFundMe para "ayudar a rescatar" a su familia en Venezuela.
"Todo en nuestras vidas va bien, excepto el hecho de que mi madre, mi padrastro (el hombre increíble que me crió) y mi hermanita (con su marido y su bebé recién nacido) están en Venezuela y están en apuros. Los venezolanos están viviendo un infierno", escribió Pino hace cuatro meses en su llamado de ayuda, por el que ya ha recaudado más de 3,200 dólares.
Gracias a ese dinero, su mamá, Belén Romero, y el esposo de ésta consiguieron viajar en marzo a EEUU desde La Azulita, en el estado andino de Mérida, donde tienen una finca en la que su esposo trabajaba, una labor que, con la escasez de medicamentos para los animales cada día se ponía más difícil.
Cuando llegaron a Virginia, los vecinos de su hija los ayudaron donando muebles, ropa y comida. Pero la campaña que Pino creó aún está lejos de alcanzar los 10,000 dólares que se propuso como objetivo. Y es que, además de los 3,500 dólares que necesita para arreglar la situación legal de sus papás, en Venezuela aún queda su hermana pequeña, el marido y bebé de ésta.
La idea, según Romero, es conseguir dinero para que los tres migren a Ecuador donde su hija menor, que se graduó de medicina en Venezuela, pretende seguir estudiando para después convalidar su título universitario en EEUU y que la familia pueda unirse de nuevo.

A Ecuador también pretende irse la violinista Andrea, donde tiene una amiga que le ha prometido ayudarla a abrirse camino. Y mientras alcanza los 1,300 dólares que calcula que necesita para el viaje, los trámites burocráticos para sacarse una visa de trabajo, convalidar su título y mantenerse el primer mes hasta que consiga empleo, sigue viendo cómo la situación en su país empeora y saliendo a manifestarse.
"Ha sido muy duro ver cuantos jóvenes han arriesgado su vida e incluso varios la han perdido por luchar. No paro de pensar en que cualquiera de ellos pudo ser yo, algún familiar, colega, alumno o amigo mío", le dice a Univision Noticias.
Una de las muertes que más de cerca le llegó a esta joven de la nueva ola de protestsa fue la de Armando Cañizales, un violinista de 17 años que murió alcanzado por una bala en el estado de Miranda y que pertenecía al sistema nacional de orquestas, una organización en la que ella dio clases durante dos años.
Por eso, el pasado domingo, se unió a la marcha de los violines y salió a protestar a las calles de Maracaibo con su instrumento. "Cada uno de esos jóvenes luchan por el mismo objetivo que yo: mejores condiciones de país, mejor pago, mejor vivir y menos violencia. Mi llamado es a la no represión brutal que estamos viviendo. Que se escuche a estas nuevas generaciones que solo han vivido en la tan llamada 'revolución' y sienten que ya no quieren vivir mas en un régimen", afirma.
Pero ella sabe que su futuro está lejos de Maracaibo y cree que puede conseguir salir del país gracias a la solidaridad de muchas personas que se han cruzado con su historia: "Estoy muy agradecida porque hay mucha gente que no conozco y que me ha ayudado para que pueda empezar una nueva vida haciendo lo que me gusta".


















