Si hay un personaje que nos encanta ver, ya sea en el cine o en otros lugares como tatuajes y graffitis, es a Batman, el Caballero de la noche. Un superhéroe que se ha ganado el reconocimiento mundial gracias a los cómics y las películas.

Si hay algo que distingue a los mexicanos, es la cultura que poseen y sus celebraciones. El día de muertos es un buen ejemplo de esto y, además, una festividad muy famosa que siempre ha dado que hablar en todos los lugares. Mientras otros países en la misma fecha del año festejan Halloween, México rinde culto a los seres queridos perdidos, de una forma única, recordándolos con orgullo y respeto. Grandes altares, comidas, rezos y visitas a los cementerios es algo tradicional de esta población que quizás para otro es difícil de entender.

¿Qué ocurriría si las ciudades se movieran por sí solas? ¿Si al cruzar una calle los graffitis tomaran vida cambiando sus colores? Sin dudas, viviríamos en un mundo genial, donde los espacios serían fuente de inspiración y lugares muy atractivos para ver. Colores en las paredes que alegrarían nuestro día con tan solo mirarlos y que nos darían ganas de volver a recorrerlos una y otra vez. A menos que nos crucemos con algún tipo de graffiti de terror, pero a decir verdad estos son los menos.

Los payasos han sido una figura muy polémica desde sus inicios. Su maquillaje, su sonrisa y sobretodo sus gestos han causado tanta adoración como miedo en la vida de muchos niños. Películas de terror, como It, basada en la novela de Stephen King, con su célebre payaso Pennywise, han sido culpables de sembrar el escalofrío respecto a este personaje que tras muchas generaciones fue únicamente el hazmerreír de las sociedades.

En algún momento la tendencia ecológica también iba a llegar al arte callejero. Actualmente, nada escapa a esta moda, por cierto sumamente responsable, de tomar conciencia de nuestro alrededor.

Hay varias formas de embellecer ciudades, y entre todas ellas existe una muy creativa, que sorprende a todos por igual y nos deja estupefactos preguntándonos si lo que vemos es real o se trata de una ilusión: nos referimos al arte callejero 3D.