La pequeña Ashley estaba acompañando a su madre a ganarse la vida cuidando motos en una gasolinera en Caracas, Venezuela, cuando fue arrollada por una patrulla policial en la que iban cuatro funcionarios. La niña fue llevada a un hospital de la zona, pero llegó sin signos vitales. La familia de la víctima denunció que los involucrados en el accidente intentaron borrar la evidencia.
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