Estela Ramos y su hija Nory Sontay emigraron a Estados Unidos hace 9 años tras ser asediadas por pandillas en Guatemala. Tras acudir a una cita de Inmigración en Los Ángeles, ambas fueron detenidas y deportadas a su país natal. La joven, de 18 años, denuncia que autoridades migratorias le quitaron a su madre las medicinas que necesitaba para mantenerse estable, lo que provocó que su salud se deteriorara.
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