la tarea de armar las piezasdel rompecabezas en que sehaía convertido su rostro.dios y los édicos.no es para menos, estehumilde campesino viajaba en untaxi, el impacto fue tanviolento que saló volando.tanto llorar que ese mes eraun cágulos en los ojos . yalos ojos no me aguantaba ás.dué tres ías, tres nochesllorando y no paraba.milagrosamente, éctor volvó ala vida cuando se pudo volver atocar el rostro sintó bajo lapiel a maya de tiziano que metiene las piezas en su lugarpero nada ás.la nariz esá ás pequeña, unpoquito ás aplanada.í señora.esá mucho mejor. en realidad.reportera: lentamente, paraeste campesino la vida haretomado su curso gracias a ungolpe de suerte, tal vez a uncapricho divino o simplemente ala tremenda casualidad de queun equipo édico de primeraínea estuviera de turno en unhospital úblico, listo paraorviajaba en la parte