La vida de Freddy Carrillo cambió en 2019 cuando su hijo Erick, de 22 años, desapareció tras visitar a su familia en Tijuana. Este padre hispano registró basureros, cerros y creó uno de los organismos de búsqueda más grandes de México. El pasado 26 de noviembre la pesadilla terminó cuando encontró los restos de su familiar en una fosa clandestina.
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