Paola Carrasco fue abandonada al nacer en el basurero de una funeraria en Venezuela. Su llanto llamó la atención de un desamparado que la llevó a un hospital donde fue adoptada por Mareilys Carrasco, una maestra de educación especial que se ha hecho cargo de ella y de su discapacidad producto de un diagnóstico de espina bífida; no obstante, la pobreza y un incendio les han impedido seguir adelante.
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