María de los Ángeles Santos fue diagnosticada con lupus, enfermedad que atacó con fuerza sus pulmones. Cada prueba médica llegaba con malas noticias y ella ya se estaba resignando a morir. Sin embargo, la joven cuenta que una figura que le regalaron de José Gregorio Hernández, que pronto será canonizado y proclamado santo, el primero de Venezuela, fue clave para aumentar su fe. Asegura que él intercedió ante Dios y salvó su vida.
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