Joan-Adrián Velázquez, de origen puertorriqueño, fue acusado en 1998 de haber matado a un exoficial de la policía de Nueva York durante un asalto. Más de dos décadas después, una prueba de ADN comprobó que él no había estado en el lugar del crimen y un juez le revocó la sentencia. María Velázquez, madre del hispano, nunca dejó de luchar por demostrar la inocencia de su hijo.
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