Aimar Bustos, Pedro González y su bebé Pedro, de 21 días de nacido, llegaron de San Luis Potosí a Monterrey sin dinero y con un futuro incierto. En medio de la escasez y la incertidumbre, la pareja tuvo que pasar una noche en la calle. Sin embargo, José Dávila, trabajador de un restaurante, se percató de la situación y sin pensarlo dos veces ayudó a la joven familia.