Briana Soto, una joven hispana de 17 años, fue asesinada cuando regresaba a su casa caminando desde su trabajo, en California. La adolescente recibió un disparo en la cabeza y murió tras agonizar tres días en un hospital. Ana Morales, madre de la menor, asegura que escuchó varios disparos y de inmediato pensó que su hija estaba en peligro.
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