Autoridades reportan que las ráfagas de hasta 80 millas por hora han avivado las llamas en distintas áreas de la ciudad de Irvine, obligando a la evacuación de más de 90,000 personas. La difícil lucha en tierra para controlar la conflagración se ha tornado peligrosa, al punto que ya se reportan dos uniformados con quemaduras de segundo y tercer grado.
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