Familias enteras hicieron largas filas en la ciudad de Mariupol, una de las más bombardeadas por el Kremlin, para recibir alimentos y ropa, entre otros artículos que fueron donados para ayudarlos a enfrentar la crisis. Mientras tanto, los ataques no cesan en zonas residenciales y el número de afectado continúa aumentando, al tiempo que los ucranianos unen esfuerzos para apoyar a quienes defienden a su país en el campo de batalla.
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