A pesar de que se han instalado barreras antisargazos y otros esfuerzos para la limpieza, estas algas siguen llegando a las playas, muchas en el turístico estado Quintana Roo, generando incomodidad entre residentes y turistas. A los efectos de esta situación en el comercio local, se unen las advertencias por la inseguridad y los hechos de violencia.
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