Pese a que la policía estatal hizo todo lo posible para no hacer públicas las imágenes, finalmente se dieron a conocer los videos de las cámaras corporales de los oficiales que, tras varias descargas con pistolas taser y uso excesivo de la fuerza, acabaron con la vida de Ronald Greene, un afroestadounidense que era requerido por manejar con exceso de velocidad. El caso ha despertado indignación, pues las autoridades iniciaron la investigación casi 500 días después de lo sucedido.
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