El felino de 120 libras estuvo dos noches caminando por un vecindario de la ciudad y finalmente fue localizado descansado arriba de un árbol. El Departamento de Control de Animales logró atraparlo con un dardo sedativo y se percató que tenía un rastreador electrónico, por lo que no era la primera vez que ingresaba a la zona. Luego de que los veterinarios verifiquen su estado de salud, se determinará si lo dejan en libertad o es sacrificado.
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