Se sabe que el bebé se llamaba Tadeo, tenía tres meses de edad y falleció el pasado 5 de enero por problemas intestinales en un hospital en la ciudad de México. Sus familiares lo sepultaron en un panteón en Iztapalapa, pero su cuerpo apareció cinco días después en un basurero dentro del penal de San Miguel, en Puebla, a 85 millas del cementerio. "Falta puntualmente que se entienda para qué se usó el cuerpo de este chiquito", aseguró Saskia Niño de Rivera, de la organización Reinserta A.C.
Más información aquí.