En el campamento migrante instalado a la orilla del Río Bravo hay 900 inmigrantes, la mayoría venezolanos, que se han visto impactados por las bajas temperaturas que se han registrado. En la zona el termómetro ha descendido hasta los 30 grados Fahrenheit, por lo que las autoridades les han pedido a los indocumentados que busquen refugio en los albergues; sin embargo, los migrantes planean continuar en el área con la esperanza de poder cruzar a EEUU.
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