Con esta reforma a la Ley de Seguridad Nacional, los agentes extranjeros perderán su inmunidad diplomática y deberán entregar su información a la Secretaria de Relaciones Exteriores. Por su parte, exagentes de la DEA aseguran que México depende de las agencias estadounidenses para dar grandes golpes a los cárteles criminales y que con esta iniciativa la cooperación bilateral está en riesgo.
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