Mientras Pedro Castillo sigue preso en la sede de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes), un grupo de sus seguidores ha decidido instalarse a las afueras del reclusorio para protestar por su detención. A la par, miles de manifestantes están saliendo a las calles de Lima para cuestionar a los legisladores que votaron por la destitución del ahora expresidente peruano e incluso son muchos los que exigen el cierre del Congreso y que haya nuevas elecciones generales.
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