El cruce de la frontera entre Texas y Tamaulipas es considerado por muchos como campo minado, ya que miembros del crimen organizado se estacionan sobre las autopistas para efectuar asaltos o cobrar cuotas de circulación a los viajeros. Lo más preocupante, según dicen los denunciantes, es que la policía de la zona tendría conocimiento de los hechos y aún así no estarían haciendo nada para detenerlos.
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