Polonia, el país que ha recibido la mayor cantidad de refugiados ucranianos desde que comenzó la invasión rusa, pide el apoyo de otras naciones europeas, pues sus albergues están abarrotados. Voluntarios como David Miguéis se ocupan de ayudar a las familias que huyen de la guerra a iniciar una nueva vida en países lejanos a su cultura como España o Portugal.
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