"No tenemos las armas para ser delincuentes, sino para defendernos", dijo uno de los menores. Hace dos años comenzaron a entrenarse como soldados para participar en la policía comunitaria y actualmente el grupo lo conforman más de 30 pequeños. Los niños aseguran que quieren estudiar, pero no pueden hacerlo debido a los niveles de criminalidad que existen en su población, ubicada en Guerrero.
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