Tras el azote del huracán Otis en Acapulco permanece un panorama de devastación y desolación. Autoridades han llegado hasta la zona del desastre con ayuda; sin embargo, esta no ha sido suficiente para poder atender a la gran cantidad de personas que resultaron damnificadas. Mientras tanto, quienes esperan recibir alimentos y agua aseguran que están muriendo de hambre.
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