En un albergue de la ciudad fronteriza de Tijuana, 340 de los 400 refugiados son mexicanos, la mayoría proceden de Michoacán y emigraron por las amenazas constantes contra sus vidas. "Reciben imágenes aterrorizadas que solamente yo lo esperaba de Medio Oriente", dijo Albert Rivera, pastor del refugio Agape, quien indicó que muchos siguen recibiendo amenazas en sus teléfonos mientras esperan sus procesos de asilo en EEUU.
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