El presidente dijo que California “adoptó una ley indignante que declara a todo el estado entero como santuario para inmigrantes ilegales delincuentes”. El jefe de la policía angelina, Michel Moore, aseguró que desde que entró en vigor esta medida el crimen se ha reducido a la cifra más baja en medio siglo en la ciudad. El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, también se mostró en desacuerdo con el mandatario.