Miah Cerrillo vio morir a sus amigos en medio de la masacre en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, y pudo salir de allí con vida porque se le ocurrió untarse con la sangre de una compañera para engañar al atacante. Sus padres cuentan que la menor sufre de pesadillas en las que pide a gritos que paren los balazos y que se asusta con facilidad cuando ve a algún joven con cabello largo. "Yo no pienso que mi hija vaya a ser la misma niña que era", afirma Miguel Cerrillo, padre de Miah.
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