Decenas de inmigrantes tratan todos los días de atravesar el Río Chiquito, en la frontera entre Ecuador y Colombia. Mafias controlan los cruces ilegales y le cobran a cada indocumentado para permitir el paso. En su mayoría, quienes cruzan las trochas son venezolanos, pero tras el terremoto en Haití se ha notado un aumento de migrantes de ese país. Las autoridades aseguran que es casi imposible vigilar los más de 100 puntos irregulares.
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