Marlen Ochoa, quien tenía nueve meses de embarazo, murió en el año 2019 tras ser estrangulada con un cable para luego arrancarle a su bebé del vientre. Una de los implicados en este crimen, identificado como Piotr Bobak, se declaró culpable por obstruir la justicia y pronto saldrá de la cárcel tras haber cumplido tres años y medio de su sentencia de tan solo cuatro años. Familiares y activistas están indignados con la decisión y piden que el hombre sea deportado del país.
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