Vanessa Dib llegó a una consulta médica buscando cambiar su método anticonceptivo y debido a una mala práctica del personal terminó con sus piernas amputadas y con un ovario y el útero extirpados. El Instituto Mexicano del Seguro Social le ofreció 4,200 dólares como reparación por el daño, pero ella no los aceptó. En su lugar está exigiendo becas para asegurar los estudios de sus hijos de 9 y 11 años.
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