El gobernador de Texas, Greg Abbott, envió a Chicago a más de 60 migrantes en medio de su plan de trasladar a los indocumentados a ciudades santuario. La alcaldesa Lori Lightfoot recibió a los inmigrantes y cuestionó a Abbott, a quien describió como "un hombre sin moral, humanidad ni vergüenza". Las autoridades de la Ciudad de los Vientos reubicaron a estas personas en un albergue y les suministraron ropa y alimentos, mientras procesan documentos para identificarlos.
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