Erick Acevedo, de 33 años, conducía su microbús cuando el carro de la pipa de gas LP explotó. Acevedo terminó con graves heridas tras ayudar a bajar a sus pasajeros, incluso su familia lo pudo reconocer por un tatuaje en su mano. Este padre de familia murió luego de permanecer en coma inducido, pero las personas que ayudó aseguran que están vivas gracias a él, a quien consideran un héroe.
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