Unos 3,000 migrantes que hacen parte de un campamento improvisado que se asienta en la plaza de Reynosa, México, intentan celebrar la Navidad a pesar de las precarias condiciones en las que viven hace meses. "Quiero llegar a EEUU para mandarle dinero a mi papá", indicó uno de los menores hondureños que aguarda en el lugar.
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