"No hay funciones de lucha, entonces aquí nos ocupamos", asegura Último Guerrero, un luchador profesional que tuvo que acondicionar su casa como un restaurante para sobrevivir durante la pandemia del coronavirus. "Los mexicanos de hambre no nos vamos a morir, aquí se hace de todo y se saca para la comida", precisó Guerrero, quien cuenta con la ayuda de sus hijas y la maestra de su hijo menor.
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