A las afueras de un centro cultural en Zapopán, hombres fuertemente armados decidieron entregar víveres que supuestamente fueron enviados por quien es reconocido como el líder del cártel Jalisco Nueva Generación. Sin siquiera haber transcurrido un día de dicha distribución, la comunidad volvió a recibir despensas, pero esta vez de parte del gobierno local, algo que fue entendido por analistas como una medición de fuerzas entre el crimen organizado y las autoridades.