A pesar de las medidas que han tomado las autoridades para tratar de frenar las carreras clandestinas, estos eventos ilegales continúan tomándose las calles. Las peligrosas maniobras no solo ponen en riesgo a los participantes y espectadores, sino también a los inocentes que transitan por la vía. Según la policía, muchas veces las llamadas ‘tomas de calle’ resultan en otras actividades ilegales como el consumo de drogas y alcohol y hasta balaceras que han cobrado la vida de varias personas.
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