Desde hace años, doña Laura decidió tomar las riendas de la vigilancia del barrio donde vive en Oaxaca, ya que la criminalidad estaba apoderándose de la zona. Si bien empezó usando un silbato para ahuyentar a los ladrones, ahora camina por las calles del sector portando un machete para así proteger a su comunidad de cualquier persona que quiera interrumpir la tranquilidad de todos.
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