De rodillas y en medio de oraciones, los migrantes, principalmente hondureños, pidieron a la policía que no detuviera su camino hacia EEUU, pero la orden presidencial es no permitirles el paso a quienes no tengan todos los documentos requeridos. La mayoría del grupo aceptó voluntariamente volver en un autobús a la frontera con Honduras, pero otros desafiaron a las autoridades y aseguran que tratarán de continuar el rumbo porque volver no es una opción.
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