El caso del señor Ananías Ocampo generó la movilización de muchas personas en Chicago, pues no tenía un lugar donde vivir y a lo único que podía aspirar era a un refugio nocturno. Ahora que pudo obtener una vivienda pública en el área de La Villita, este vendedor ambulante dice sentirse agradecido por este espacio que, además de otras comodidades, le permite protegerse del frío. El programa podría beneficiar a quienes más lo necesiten en la comunidad.
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